Ghetto, Audrius Juzenas, 2006
Una película más sobre lo malos que eran los nazis y lo buenos que eran los judíos, aunque tuvieran que hacer maldades para sobrevivir.
Según vemos en esta película los nazis eran malos de verdad, sin un ápice de bondad. Sin embargo, los pobres judíos que se mataban entre ellos, que competían entre ellos por conseguir un lugar que les librase de ser matados por los alemanes y que colaboraban con ellos si era necesario y todo lo que fuera necesario, en el fondo eran buenos. No les quedaba más remedio que ser un poco malos para sobrevivir. A los alemanes, sin embargo no se les otorga ni siquiera el beneficio de la duda. Son malos y punto.
Ya sabemos que los que pierden las guerras pasan a la historia como malos oficiales. Las víctimas en cambio, aunque sean crueles, perversas y sanguinarias, son merecedoras de homenajes y de todo tipo de consideraciones. Pobres víctimas.
Casi toda película transcurre en el interior de un teatro en el que el horror y el mal son representados por medio de actuaciones y por medio de la vida misma.
Hay un pequeño lugar para la inocencia, un títere humano que muere para salvar a otros.