"Cuántas veces me pregunto si esto no es más que escritura, en un tiempo en que corremos al engaño entre ecuaciones infalibles y máquinas de conformismos."
Julio Cortazar, Rayuela, capítulo 73.
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sábado, 19 de octubre de 2013

Wakolda. La pesadilla de la perfección


Cuando la perfección en lugar de ser una aspiración ideal se convierte en el objetivo de la manipulación de la realidad comienza la pesadilla. Cuando los humanos nos aproximamos al conocimiento de los mecanismos de la vida y de la naturaleza y creemos saber en qué consisten, podemos creer que también podemos intervenir en ellos para lograr la tan deseada perfección, el elixir de la eterna juvetud y la piedra filosofal.


Josef Mengele trató de conseguir la perfección. Era un científico, como quienes investigan en transgénicos, como Miguel Mulet que considera que la ciencia está tan avanzada que los humanos estamos en condiciones de producir especies nuevas para enriquecernos más aún. Un científico al servicio de una idea, la idea de que es posible conseguir una raza humana perfecta de superhombres, al servicio de una ideología peligrosa, el nacionalsocialismo.


 Este es el punto de partida que es necesario tener presente al empezar a ver esta película. Josef Mengele ha escapado de Europa, se ha librado de los juicios de Nuremberg y ahora está en Argentina. Es un científico y ama su trabajo, por tanto continúa con sus experimentos allí donde tiene oportunidad de hacerlo. Es un hombre culto, distinguido, muy educado y todo un seductor.


Esta es la situación. La película es otra cosa. La película es otra más sobre nazis. Es un relato destinado a crear certezas. No tiene nada que ver con otros intentos como "El lector", por ejemplo, que sobrecogen por su capacidad de propiciar la reflexión mediante miradas complejas hacia situaciones complejas.


 La película "Wakolda" (El médico alemán) es una película comercial más destinada a un público adocenado que no tiene ganas de pensar, que lo que quiere es pasar el rato y que lo que ve en la pantalla sea fácil de entender. Es una película para que sigamos creyendo que formamos parte de los buenos, que tenemos buenos sentimientos y que no podemos entender cómo es posible que haya gente tan malvada y tan perversa. Todos sabemos quienes son los malos y no es posible que nos quepa ninguna duda de que todo lo que hacen es sencillamente porque son malos.