ROSALINDA.- No; que solo juzgue de la profundidad de mi amor aquel malicioso bastardo de Venus que fue engendrado de un pensamiento, concebido de un capricho, que nació de una locura; es pícaro ceguezuelo que engaña los ojos de todo el mundo, porque él ha perdido los suyos...
William Shakespeare, A vuestro gusto (As you like it)
Este ceguezuelo que decía Shakespeare, hijo bastardo de Venus y del pensamiento caprichoso es concebido en un tren, nace en las calles de Viena y crece junto al Danubio. Anida en las emociones, en los deseos, en los sentimientos y se convierte en despedida y en añoranza, en nostalgia y en espera.
La película está llena juegos, guiños, revelaciones... amor, deseo... Dos personas que intercambian retazos de su vida y que viven retazos del presente entregándose por completo porque saben que es una entrega efímera, un sueño, una ilusión...
Un encuentro casual que suscita una idea, que se convierte en un día lleno de magia que queda suspendida y flotando en el aire de una estación de tren.
Una cita en Bray: una cita en el cine
Una cita para compartir ensueños. Una cita con el cine y con la literatura, porque el cine y la literatura acercan hasta nosotros imágenes que evocan nuestros recuerdos, nuestras ensoñaciones y nuestras sensaciones presentes, pasadas y futuras. Porque en el cine y la literatura las realidades parecen de ficción y las ficciones parecen reales diluyendo las fronteras entre el sueño y la realidad.
"Cuántas veces me pregunto si esto no es más que escritura, en un tiempo en que corremos al engaño entre ecuaciones infalibles y máquinas de conformismos."
Julio Cortazar, Rayuela, capítulo 73.
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