Una vieja leyenda finlandesa narra la historia de unos molineros a quienes las aguas del lago prometieron riquezas a cambio de que le entregasen a su hijo primogénito. Abraham estaba dispuesto a entregar a su primogénito a cambio de nada, porque así se lo ordenaba su señor. Los molineros de la leyenda entregaron a su primogénito a cambio de riquezas. De la misma forma los habitantes de los pueblos situados junto al lago están dispuestos a entregarlo todo a cambio de las riquezas prometidas por quienes quieren convertir el lago en una próspera industria.
Para obtener lo que llamamos progreso, el desarrollo que ahora se llama "sostenible" y que destruye la Tierra y todos sus recursos para que podamos seguir consumiendo cada vez más energía, también tenemos que entregar lo mejor que tenemos, la Tierra entera.
Michelangelo Merisi da Caravaggio, El sacrificio de Isaac, 1598