Una cita en Bray: una cita en el cine
Una cita para compartir ensueños. Una cita con el cine y con la literatura, porque el cine y la literatura acercan hasta nosotros imágenes que evocan nuestros recuerdos, nuestras ensoñaciones y nuestras sensaciones presentes, pasadas y futuras. Porque en el cine y la literatura las realidades parecen de ficción y las ficciones parecen reales diluyendo las fronteras entre el sueño y la realidad.
"Cuántas veces me pregunto si esto no es más que escritura, en un tiempo en que corremos al engaño entre ecuaciones infalibles y máquinas de conformismos."
Julio Cortazar, Rayuela, capítulo 73.
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domingo, 19 de enero de 2014
Sometimes in April
Todos los años en abril vuelve a llover...
Todos los años, todos los meses, todos los días... llueve sobre mojado... los tentáculos de la propaganda oficial llegan a todas partes y por todos los medios. El cine es uno de ellos y no de los menos importantes, aunque no tanto como la televisión...
Una película bien hecha... bastante bien hecha... No es tan plana como otras... hay resquicios por los que se cuelan algunos malos que hacen cosas buenas... los malos no siempre son malos absolutos... menos mal.
Sin embargo es una más de las películas que nos cuentan la versión oficial. No sólo nos cuentan la versión oficial... instalan en nuestras mentes, en nuestras creencias, los esquemas para que veamos el mundo como quieren que lo veamos.
Los textos que siguen han sido copiados de un espléndido artículo de Jaume Peris Blanes titulado "Ruanda y Occidente: de la instrumentalización del genocidio como arma política".
"Tanto Kagame como sus voceros en Occidente han tratado de trazar paralelismos constantes entre el exterminio de los judíos y el de los tutsis, y han hablado de la necesidad de erigir una memoria activa similar en ambos casos. Siguiendo una estrategia similar a la de Israel, tachan de negacionista a cualquiera que ose criticar la política de la Ruanda actual y de denunciar su política invasiva, deshumanizada y genocida frente a otras poblaciones. De igual modo que el gobierno israelí, el gobierno ruandés ha instrumentalizado la memoria de la masacre para legitimar su propio ejercicio de la violencia, que se parece de forma siniestra a aquel que se empeña en recordar."
"En la última década, múltiples ensayos, novelas y películas han tratado el caso del genocidio ruandés, otorgándole una visibilidad realmente sorprendente con respecto a otros conflictos africanos. Películas como Hotel Rwanda (2004), Shooting dogs (2005) o Shake hands with the devil (2004), así como múltiples documentales televisivos y cinematográficos popularizaron una versión de los hechos que, en sus rasgos mayores, habían construido las agencias de prensa occidentales unos años antes, y cuya fuerza simbólica residía en inscribir el conflicto de Ruanda en la retórica de la memoria del horror que con tanta fuerza se había instalado en los medios de comunicación occidentales desde los años noventa, y que había tenido como referente fundamental el exterminio de los judíos en los campos de concentración nazis."
"La conceptualización del genocidio ruandés como el resultado de un conflicto étnico permite inscribirlo en un espacio magmático y en teoría ajeno a la comprensión de los ciudadanos occidentales. Esta conceptualización, lejos de ser inocente, produce efectos de largo alcance: como suponemos que los africanos se masacran entre ellos
desde siempre por razones étnicas incomprensibles para los blancos, el genocidio ruandés sería un episodio inevitable, casi normal entre ellos, en el que los occidentales no tienen nada que ver."
"La idea de que el único „pecado‟ de los países occidentales en Ruanda fue no intervenir militarmente cuando se estaba a tiempo de evitar la matanza es rigurosamente falsa. Por una parte, propone la idea de que los salvajes ruandeses hubieran podido ser salvados de ellos mismos por los civilizados occidentales, pero nuestra pasividad burocrática lo impidió: es un mensaje implícito para legitimar futuras intervenciones militares en conflictos de todo el mundo. Por otra parte, trata de ocultar la profunda imbricación del genocidio ruandés con las luchas de poder de potencias occidentales y con el proceso de implantación en África del capitalismo global."
"Además, y en otro orden de cosas, el genocidio de 1994 fue financiado, por lo menos en parte, con el dinero sacado de programas de ayuda internacionales, tales como la financiación proporcionada por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional bajo un Programa de Ajuste Estructural. Se estima que se gastaron 134 millones de dólares en la preparación del genocidio camuflando la adquisición de machetes con excusas agrícolas."
"La idea de que Kagame y el Frente Patriótico de Ruanda fueron quienes pusieron fin al genocidio de tutsis es cierta, pero del mismo modo que ambos son responsables de matanzas de cientos de miles de hutus en su avance hacia Kigali, en 1994, y de haber desencadenado las dos guerras del Congo. La segunda Guerra del Congo, también conocida como la Guerra Mundial Africana o la Guerra del Coltán (1998-2003) costó la vida a unos 4 millones de personas: nadie duda de que Kagame es uno de sus máximos responsables. Por ello, convertir a los tutsis ruandeses en las únicas víctimas del conflicto y a Kagame en su liberador constituye no sólo un error histórico, sino una cortina de humo destinada a legitimar la intervención militar ruandesa en el Congo con el beneplácito de las grandes empresas occidentales que se han lucrado con esa guerra y con sus millones de muertes.
La vinculación entre Kagame y los Estados Unidos venía de lejos. Con solo 4 años de edad, Kagame fue uno de los 160 000 tutsis que tuvieron que salir de Ruanda en 1959 tras la revuelta que dio por primera vez el poder a los hutus. Creció en Uganda, donde luchó con la guerrilla que derrocó a Milton Obote, dirigida por el actual presidente Yuweri Museveni. Con el derrocamiento de Obote y la llegada de Museveni al poder, los tutsis ruandeses que habían participado en la guerrilla fueron apoyados por el nuevo gobierno ugandés para crear el Frente Patriótico de Ruanda (1985), con la intención no disimulada de retomar militarmente Ruanda treinta años después de su expulsión y devolver la hegemonía perdida a los tutsis."
etc.. etc...
En esta película, en cambio, lo que vemos es otra cosa... es lo que quieren que veamos... Estados Unidos no intervino cuando debería haber intervenido... lo que no nos cuentan es que Estados Unidos no intervino para parar las masacres porque eran ellos quienes las habían desatado... En la película se puede ver cómo los soldados del FPR llegan como salvadores, tomando con brazos amorosos a un niño abandonado en un pantano, mientras la música de fondo hace que parezcan todavía más angelicales... Pero no nos muestran las crueldades de las que se valieron los soldados del FPR... las únicas crueldades eran las del ejército gubernamental y las de las hordas de salvajes "hutus"...
"las políticas de memoria que han hecho del genocidio ruandés de 1994 un Holocausto africano y que han movilizado la industria de la cultura global para golpear la conciencia occidental con él" sirven a los intereses de los paises del mundo rico y de las grandes multinacionales desviando la atención de lo que ocurre en el Congo desde 1996... "La potencia simbólica que ha ganado el genocidio del 94 en la imaginación occidental ha servido para legitimar la presencia de Kagame y los suyos (las víctimas del genocidio) en otros territorios (el Congo) y su vinculación con empresas estadounidenses y europeas que se benefician y financian el pillaje de recursos que estos realizan. En última instancia, las políticas de memoria sobre el genocidio tratan de ocultar la responsabilidad de empresas como Alcatel, Compaq, Dell, Ericsson, HP, IBM, Lucent, Motorola, Nokia, Siemens, AMD, AVX, Epcos, Hitachi, Intel, Kemet, NEC, involucradas activamente en el expolio del coltán en el Congo y, por tanto, responsables económicos de un conflicto que ha costado más de cuatro millones de muertos, miles de mujeres violadas y, cientos de miles de desplazados y toda una región devorada por una violencia."