Nos impacta ver en la pantalla lo que sabemos que ocurre diariamente en todas las ciudades. Nos impacta escuchar el testimonio de quienes han sufrido torturas, han sido vejados, insultados, golpeados y encarcelados. Es lo mismo que sean culpables de algo o no sean culpables de nada. La mayor parte de las veces sólo son culpables de ser diferentes, de vestir raro, de peinarse raro, de tener la piel más oscura de lo "normal"...
Esto ocurre todos los días, en todas las comisarías... y lo sabemos y nos callamos y miramos hacia otro lado...
Está bien que se hagan documentales así... Habría que hacer miles... millones...
Lo que vemos en Ciutat morta no es un hecho excepcional, no es un fallo en el sistema, porque como lo dice bien claro uno de los abogados "el sistema no tiene fallos", porque el sistema es así y éste es el problema. El problema no es que en este caso hubiera intereses por parte del ayuntamiento o que en este caso se haya cometido una injusticia. El problema es que este caso es uno de los miles, de los millones de casos en los que el sistema policiaco, en el que se sustentan estas maravillosas democracias tan libres y tan modernas, funciona así y seguirá funcionando así y nosotros miramos hacia otro lado no sea que algún día de estos nos toque a nosotros también.
