"Cuántas veces me pregunto si esto no es más que escritura, en un tiempo en que corremos al engaño entre ecuaciones infalibles y máquinas de conformismos."
Julio Cortazar, Rayuela, capítulo 73.
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miércoles, 24 de septiembre de 2014

Marius - Fanny


No tienen aquel gusto de las películas dirigidas en 1931 y 1932 por Alexander Korda y Marc Allégret, pero tampoco pretenden tenerlo. Pero, como todo lo que hace Daniel Auteuil, o al menos todo lo que conocemos de él, el resultado es entrañable, como el mismo Daniel Auteuil.

Hace falta mucho amor para que pese cinco kilos... Pagnol puso muchos kilos de amor en sus obras. Amor a un mundo que se le escapaba y que veía cómo no volvería más, amor a unos paisajes mediterráneos, amor a unas formas de vida que terminaban, amor a la Provence... amor a Marsella... Pagnol nos pone ante unas formas de vida difíciles, sin criticarlas, sin rechazarlas, tratando de entenderlas con amor, con muchos kilos de amor. A tantos kilos de amor, Daniel Auteuil añade los suyos, tal como hizo hace ya más de ochenta años el gran Raimu. Daniel Auteuil nos ofrece una maravillosa interpretación de César sin necesidad de tratar de imitar a Raimu. El César de Auteuil es el de Auteuil y el Raimu fue el de Raimu. Un mismo personaje, entrañable como Auteuil y como Raimu, visto de la misma forma, pero diferente sin ser distinto. Si Raimu era genial y su interpretación de César nos conmovió, Daniel Auteuil consigue los mismos resultados con su personalísima interpretación.

Una vez más... Bravo por Pagnol. Bravo por Raimu, Bravo por Daniel Auteuil. Bravo por Jean-Pierre Darroussin, como Panisse...