Dos películas, “Love Letter” (1995) del japonés Shunji Iwai y “La double vie de Véronique” (1991) de Krzystof Kieslowski, nos hablan de la soledad y de los mecanismos para sobrellevarla. ¿Hay alguien como nosotros en otro sitio? ¿Es la muerte el fin de todo? ¿Por qué no poder seguir intercambiando nuestra correspondencia con la persona amada que ya no está? ¿Por qué no seguir viviendo en otro? ¿Por qué no sobrevivir en los recuerdos compartidos de los otros? Juegos de coincidencias, encuentros. Dos personas que son la misma, pero son distintas... Weronika, en Polonia y Véronique, en Francia. Itsuki, que es al mismo tiempo la confidente distante y el amado muerto en la montaña, y Hiroko, la amante que no puede olvidar...
Una cita en Bray: una cita en el cine
Una cita para compartir ensueños. Una cita con el cine y con la literatura, porque el cine y la literatura acercan hasta nosotros imágenes que evocan nuestros recuerdos, nuestras ensoñaciones y nuestras sensaciones presentes, pasadas y futuras. Porque en el cine y la literatura las realidades parecen de ficción y las ficciones parecen reales diluyendo las fronteras entre el sueño y la realidad.
"Cuántas veces me pregunto si esto no es más que escritura, en un tiempo en que corremos al engaño entre ecuaciones infalibles y máquinas de conformismos."
Julio Cortazar, Rayuela, capítulo 73.
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viernes, 18 de febrero de 2011
Estamos tan solos...
Encuentro de Itsuki y Hiroko
Encuentro entre Weronika y Véronique
¡Oh soledad, mi sola compañía,
oh musa del portento, que el vocablo
diste a mi voz que nunca te pedía!,
responde a mi pregunta: ¿con quién hablo?
Antonio Machado, Nuevas canciones, Los sueños dialogados, 1924