"Cuántas veces me pregunto si esto no es más que escritura, en un tiempo en que corremos al engaño entre ecuaciones infalibles y máquinas de conformismos."
Julio Cortazar, Rayuela, capítulo 73.
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martes, 16 de diciembre de 2014

Omar


Quienes poseen el monopolio de la violencia, son fábricas de odio, de más violencia, de miseria, de traición... Lo que más horroriza es la perversión de un sistema en el que tienen cabida películas en las que queda patente la criminalidad de "los buenos", de quienes poseen "la violencia legítima", de "los demócratas", porque esto significa que el sistema está tan asumido por todos que este tipo de cosas no lo ponen en cuestión, sino que incluso lo refuerzan. ¿Por qué, tras ver una película como esta en la que se muestran los métodos de la policía de una estado democrático, con presencia en la ONU, protegido por los estados "ricos, libres, democráticos, occidentales...", no tomamos las armas y salimos a la calle? Quienes ejercen la violencia legal pueden torturar, pueden humillar, pueden matar, pueden hacer lo que quieran... mientras se lo hagan a otros nos quedamos en casa calentitos... Pero cuando las víctimas de "la violencia legal" del estado, llenas de odio y de ansia de venganza, toman las armas y ejercen la violencia, se convierten en "terroristas", porque "la violencia privada, aunque ataque a un individuo concreto, se castiga por agredir al monopolio oficial; cuando el Estado reprime la violencia privada, lo hace no por salir en defensa del agraviado, sino por no tolerar desacato hacia su monopolio" (Pedro M. Hurtado Valero, Teoría de la revolución por venir, p. 154).

Una película en la que se denuncia la violencia legal del Estado, en la que se denuncia la situación de todo un pueblo, el pueblo palestino, condenado al odio, a la humillación permanente, a la traición, al desarraigo, a la miseria. Esta película, sin embargo, se exhibe en las grandes pantallas, opta a grandes premios, se habla de ella en los Medios... Esto es lo que más preocupa, porque significa que no hay solución, porque "cuando una actitud quizás peligrosa se yergue, al expresarse en los Medios, entra en el sistema, y su final ya está escrito: un seguro para la democracia anodina" (Pedro M. Hurtado Valero, Teoría de la revolución por venir, p. 152). Todos seguimos viviendo igual después de ver esta película. Nadie hace nada. No nos rebelamos. El sistema que permite que pase esto en Palestina y en tantos otros lugares del mundo sigue funcionando exactamente igual, con nuestro silencio y con nuestra colaboración.