"Cuántas veces me pregunto si esto no es más que escritura, en un tiempo en que corremos al engaño entre ecuaciones infalibles y máquinas de conformismos."
Julio Cortazar, Rayuela, capítulo 73.
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domingo, 22 de julio de 2012

¿Por qué son de color violeta los montes de Kioto?

Siempre hay una manera de escapar. Si sabes hacerte lo bastante pequeña, tan pequeña como un gusano. (Joyce Carol Oates, La hija del sepulturero)



¿Por qué son de color violeta los montes de Kioto?
… son del color del flan de azukis
(Yasujiro Ozu, Las hermanas Munakata, 1950)



Renée Michel, el erizo,  ha encontrado el escondite perfecto. Un interior rico, lleno de vida, elegante recubierto por una piel llena de espinas punzantes que impiden que los demás penetren en él y lo descubran. Renée Michel ha encontrado la forma de vivir sin tener que terminar dentro de una pecera como los vecinos de la casa de ricos burgueses en la que trabaja como portera. Se ha hecho pequeña dentro de su rincón y se ha construido un mundo con su gato León, sus libros, su té y su chocolate negro que sabe diferente según la manera de comerlo…



Todas las familias felices se parecen. Pero las desgraciadas lo son cada una a su manera. Esta cita de Ana Karenina es la clave del descubrimiento. Ana Karenina y Las hermanas Munakata acercan a la malhumorada, arisca y descuidada portera de un inmueble de ricos burgueses para quienes su existencia pasa absolutamente desapercibida, y al elegante, culto y rico japonés que, a través de una mirada en la que las sobras son más importantes que las luces, descubre el rico y elegante interior de "el erizo".