"Cuántas veces me pregunto si esto no es más que escritura, en un tiempo en que corremos al engaño entre ecuaciones infalibles y máquinas de conformismos."
Julio Cortazar, Rayuela, capítulo 73.
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sábado, 17 de marzo de 2012

de guerras y soledades

Aleksandra (Alexander Sokurov, 2007)

La rutina de la violencia

Una abuela que visita a su nieto, oficial del ejército, pasea por un campamento militar. La rutina de la guerra, el absurdo de la guerra… En el campamento militar, entre tanques y disparos, a muy poca distancia de un pueblo arrasado por las bombas una abuela se encuentra con su nieto, con lo único que le queda en la poca vida que sabe que le queda. Su nieto es capitán del ejército, le muestra sus armas, le enseña sus tanques y le cuenta sus acciones de guerra. Ella, que conoce bien la violencia, escucha y se esfuerza por entender.





En el pueblo destruido por "los suyos" encuentra a otra mujer sola como ella que le dice: "los hombres pueden ser enemigos, pero nosotras somos como hermanas". Violencia, guerra, odio… ¿son cosa de hombres?

Hemos construido un mundo de hombres y para hombres y los valores que se consideran buenos y bellos para los discursos los asignamos a las mujeres, mientras que los valores que de verdad creemos que hacen andar al mundo los asignamos a los hombres. Los valores que culturalmente consideramos femeninos, paz, amor, comprensión, solidaridad… son los que se utilizan para hacer bonito, para que suenen bien, para vender mejor… Pero los valores de verdad, los que funcionan en este mundo son progreso, lucha, desarrollo, objetivos, eficacia, eficiencia, efectividad, iniciativa, competitividad, ganancia, riesgo, valor…, valores que se materializan en guerra, odio, violencia…

Sin embargo, Sokurov nos muestra también en su película, en medio de una situación tan absurda como la propia guerra, la soledad, la vejez, el miedo, la necesidad del otro… "quiero tener a alguien a mi lado, no soy buena estando sola…" Hombres de guerra, que matan y mueren, pero que abrazan, lloran, tocan y sienten…

¿Será la soledad, la necesidad de los otros, el origen tanto del amor como del odio? ¿Es capaz de amar quien es capaz de matar? ¿Es capaz de odiar quien es capaz de amar y de ser amado? Así somos los humanos, hombres y mujeres que odiamos, que amamos, que nos necesitamos y que nos rechazamos...