Una cita en Bray: una cita en el cine
Una cita para compartir ensueños. Una cita con el cine y con la literatura, porque el cine y la literatura acercan hasta nosotros imágenes que evocan nuestros recuerdos, nuestras ensoñaciones y nuestras sensaciones presentes, pasadas y futuras. Porque en el cine y la literatura las realidades parecen de ficción y las ficciones parecen reales diluyendo las fronteras entre el sueño y la realidad.
"Cuántas veces me pregunto si esto no es más que escritura, en un tiempo en que corremos al engaño entre ecuaciones infalibles y máquinas de conformismos."
Julio Cortazar, Rayuela, capítulo 73.
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“Nuestro implacable destino es la desilusión en todo lo que emprendemos…”
El sueño de invierno… cuando soñamos que podemos cambiar el mundo, pero no sabemos cambiar nosotros… cuando soñamos que sabemos lo que es la justicia, la honestidad, la verdad, la moral, los valores, el bien y el mal… pero no sabemos aplicar tanta sabiduría a resolver los problemas de nuestras relaciones cotidianas… Creemos que entendemos cómo se comportan los demás y que sabemos cómo deberían comportarse y no nos entendemos a nosotros mismos, ni sabemos cómo comportarnos… Opinamos sobre lo que está bien y lo que está mal y hacemos daño a quienes tenemos cerca, les humillamos, les despreciamos y ni siquiera nos damos cuenta…
sin embargo… en lo más profundo de cada invierno se esconde la promesa de una primavera…
Leyendo las novelas, maravillosas, de Manuel Puig nos hemos acercado a esta gran película, en la que Manuel Puig se muestra también como un magnífico actor en el papel del amo que se humilla, durante unas horas, y desciende hasta la barbarie para así hacer comprender a sus esclavos cuál es su sitio en el mundo y para que entiendan que sólo se puede encontrar la felicidad aceptando el lugar que les corresponde y por tanto siendo sumisos, dóciles, obedientes y trabajadores hasta llegar a dar la vida por su señor, tan bueno, tan benévolo él que les convida a su mesa para demostrarles lo que es la bondad y la humildad cristianas... Porque como dice el amo a sus esclavos: "el muro del odio se viene abajo con sólo comprender el papel que nos toca desempeñar en esta vida, el personaje que Dios nos designa y llevarlo hasta el fin de nuestros días con orgullo, con alegría".
Esta es la respuesta del esclavo:
"Cuando Olofin hiso lo mundo los hiso completa, hiso día, hiso noche, hiso lo cosa linda y lo cosa fea también. Olofin hiso lo cosa buenas y lo cosas malo, hiso lo veddá y también hiso lo mentida. Lo veddá le salió bonito bonito bonito. Lo mentida no le salió bueno... era feo y flaco... como si tengá enfemedá... a Olofin le da lástima y le da machete afilao pa que se defienda. Y pasa la tiempo y toitico la gente queré namás que andá con lo veddá, nadie queré andá con lo mentida. Pero un día veddá y mentida encontrase en lo camino y como son enemigo se pelean. Lo veddá se más fuette que lo mentida, pero lo mentida tengá machete afilao que Olofin le da, y cuando veddá se descuidá, lo mentida... zas! codta lo cabesa de lo veddá... y ya lo veddá no tené ojos ni tené cabesa y busca con lo mano su cabesa y busca hasta que tropesá con lo cabesa de lo mentida... arranca lo cabesa de lo mentida, la pone donde iba la misma suyo, y desde entonse anda por todo la mundo engañando a toda la gente el cuedpo de lo veddá con lo cabesa de lo mentida"
Porque no son sólo flores... flores efímeras como la vida, como el amor, como las ilusiones, como las penas, como los recuerdos, como el dolor... flores para agarrarse desesperadamente a la vida, a los recuerdos... flores de otros y flores para otros...
La excelencia contra la vida. El suelo americano (el sueño capitalista): ser los mejores, los más ricos... El éxito como medida y como objetivo absoluto.
La increíble y triste historia de la cándida Edith y de su madre desalmada, podría haber sido el título de esta historia si no fuera porque es un título inventado por García Márquez...
Ricas, bellas... unas vidas llenas de promesas hundidas en un basurero... La tía y la prima de Jaqueline Kenedy-Onassis fueron objeto de un famoso documental en 1975 y de una película en 2009 en las que se combinan la curiosidad con el chismorreo y el escándalo mediático.
El retrato de una sociedad acostumbrada a matar. Ilegalmente o legalmente... unas vida tan vacías que sólo se pueden llenar con la muerte. La muerte de los otros. La muerte como entretenimiento. La muerte como venganza. La muerte como disculpa. Pero siempre la muerte de los otros. Una sociedad en la que la muerte tiene un sentido, porque la vida no tiene ninguno.
Las profecías futuristas de Aldous Huxley o de Orwell se han quedado cortas. Es mucho peor.
Her no es una película de ciencia ficción, aunque pueda parecerlo. Her cuenta una historia de ahora mismo. Cuenta nuestra historia. Cuenta la historia de quienes vivimos en los llamados países ricos. La granja humana se aproxima a los límites de la deshumanización. Quedan algunos residuos de sentimientos, meros recuerdos de otros tiempos, pero su expresión no es posible entre personas, ni siquiera con animales de otras especies no humanas. Todo es frío, aséptico, regulado por máquinas, por sistemas operativos, por programas. El amor es un recuerdo del pasado que ya no necesita personas, hay máquinas que lo recrean y lo hacen mucho mejor.
En un mundo en el que la amistad se mide por el número de seguidores en las redes sociales no es nada extraño enamorarse de la voz de un sistema operativo.
