Marcel Pagnol y "La trilogie Marseillaise"
Marcel Pagnol escribía para el teatro cuando descubrió "le cinéma parlant" y consiguó llevar al cine dos de sus obras teatrales: "Marius" y "Fanny". Las películas fueron dirigidas por Alexander Korda y por Marc Allégret respectivamente. Finalmente, y ya directamente para el cine, Marcel Pagnol escribió la tercera parte de esta trilogía que dirigió él mismo: "César".Cuando vemos estas películas de comienzos del cine hablado nos damos cuenta de la importancia que tenía el "parlant". Los extraordinarios diálogos concebidos por Pagnol y la presencia de auténticos actores como Raimu nos enganchan a un cine diferente que no podemos dejar de ver y volver a ver e incluso de escuchar una y otra vez.
La ternura de unas historias tejidas con unos personajes entrañables cuyas vidas transcurren a la orilla del Mediterráneo en el puerto viejo de Marsella, en el que se puede ver el transbordador construido algunos años más tarde que el de Portugalete y desgraciadamente desaparecido tras ser bombardeado durante la "segunda guerra mundial".
Como a César durante la famosa partida de cartas de la primera de las películas, a nosotros también se nos parte el corazón ("tu me fends le coeur") con esta historia en la que los protagonistas, Marius y Fanny, quedan ocultos tras un ligero velo por la imponente presencia del personaje interpretado por Raimu.
César-Raimu dibujado por el genial Uderzo en el episodio de Astérix "Le Tour de Gaule" cuando Asterix y Obelix visitan Marsella.
La partie de cartes
En determinado momento de la obra teatral de Pagnol, mientras los amores entre Marius y Fanny van poco a poco convirtiéndose en los protagonistas de la historia, tiene lugar la famosa escena de la partida de cartas en la que están presentes César, Monsieur Brun, Panisse y el capitán Escartefigue.
Durante uno de los ensayos, Marcel Pagnol le informó a Raimu que había decidido suprimir esta escena y cambiarla por una escena de amor entre Marius y Fanny, ya que la partida de cartas le parecía demasiado grotesca y rompía el hilo de la historia. Raimu, que pensaba que aquel era un momento importante dentro del conjunto, no dijo nada, pero poco después reunió a todos los actores y decidió hacer algunas modificaciones en la escena que Pagnol quería suprimir, descartando la escena de amor prevista por éste. Durante el ensayo general los actores representaron ante Pagnol la nueva versión de la partida de cartas. Pagnol no dijo absolutamente nada, pero al finalizar el ensayo se dirigió al camerino de Raimu y con un lápiz de maquillaje escribió en la pared: "Monsieur Raimu est un génie. 1930. Marcel Pagnol"
Cézanne, "La partie de cartes"